El
abogado recoge sus pertenencias en una caja de cartón y se despide de su jefe.
Cuando este le desea lo mejor sabe que no hay malicia en sus palabras. Le han
aconsejado reclamar pero no se siente con fuerzas.
Mira
el calendario que pende de la pared y que le recuerda que el año se acaba.
Recuerda cuando comenzó, cargado de buenos propósitos. No pudo imaginar en ese
momento que antes de un año su vida daría un giro radical, despedido del bufete
por cometer perjurio.
Sí.
Sabía que esa mujer era culpable, la había visto muchas veces por los juzgados
acusada constantemente de pequeños hurtos. También sabía que lo hacía por
mantener a sus hijos. Cuando la vio en el supermercado no hizo nada. En el
juicio declaró que no lo había visto. No contaba con que una cámara lo estaba
grabando.