La
tarde había transcurrido plomiza y gris. Raúl había observado desde el ventanal
de su despacho a los transeúntes correr bajo sus paraguas. Se preparaba para
irse, ya no quedaba nadie, se había dilatado preparando un juicio de faltas
sencillo, a priori, aunque nunca dejaba nada al azar.
Sonó
el móvil. Estaba de guardia en el turno de asistencia al detenido. Cogió su
coche y se dirigió a comisaría. Se sentía cansado. No era la primera vez que la
idea de la renuncia al turno de oficio acechaba sus pensamientos. Su mujer
hacía continuos cálculos sobre horas invertidas, llamadas a altas horas de la
madrugada, tertulias con amigos interrumpidas… y escasas ganancias.
Entró
en la sala donde lo esperaba su cliente. Descubrió unos ojos llorosos, asustados,
que imploraban su ayuda. Supo al instante que era inocente. También supo que
jamás renunciaría al turno de oficio.
Este relato es mi apuesta en el V Concurso de Microrrelatos sobre Abogados en el mes de Octubre. El relato debe tener una extensión máxima de 150 palabras y contener obligatoriamente cinco palabras que el Comité de Selección indica. Para el mes de octubre las palabras seleccionadas son: CÁLCULO-FALTA-ASISTENCIA-RENUNCIA-DESPACHO
Suerte con los abogados, es un concurso muy duro y fatigador yo he escrito casi todos los meses y sólo mne seleccionaron unas tres veces creo,,, en fin ahi estamos bonito micro vocacional e inspirador de los que les gusta que son un pelín corporativos jeje.
ResponderEliminarSuerte
Sí que es cierto que es un concurso muy duro. Yo envío de vez en cuando algún micro y me seleccionaron una vez. En este en concreto tengo que reconocer que me salió la vena profesional y vocacional.
ResponderEliminarMuchas gracias y un abrazo.